Vienen de la mano del invierno. Al comienzo irrumpen tímidamente y en la medida que pasan los días, van ganando protagonismo en las rutas hasta que su mala fama finalmente se hace realidad. Las rastras cañeras son sinónimos de zafra, pero también de muerte. Por falta de luces, por exceso de carga o por imprudencia de los conductores, todos los años las rastras cañeras son causa de accidentes; en los últimos 45 días, fallecieron cinco personas en episodios viales en los que estuvieron involucrados estos vehículos.

En la madrugada del martes pasado, dos jóvenes murieron. Se desplazaban en automóvil por la ruta 325, entre Simoca y Monteros, cuando colisionaron contra una rastra cañera. El 15 de junio, un hombre de 31 años que circulaba en motocicleta por la ruta 334 embistió desde atrás contra un camión con acoplado que llevaba caña de azúcar. El 1° de junio, dos hermanos, domiciliados en Santa Ana, viajaban en una trafic por la ruta 38 y a la altura del acceso a Concepción, chocaron de frente contra un camión con caña de azúcar; ambos murieron.

El titular de la Unión de Cañeros Independientes de Tucumán dijo que les interesa que tanto los camiones que transportan caña de azúcar y los tractores que trasladan rastras respeten las normas: largo, ancho, señalización, luces y cintas refractarias. “Desde nuestra entidad colaboramos para evitar todo tipo de siniestros”, sostuvo y agregó que “los cañeros van cambiando tractores por camiones, que son los que tienen permitido circular por las rutas de manera permanente”.

El secretario provincial de Transporte dijo que los tractores que llevan rastras tienen prohibida la circulación en las rutas nacionales entre las 18 y las 23, mientras que los camiones pueden circular libremente si cuentan con la autorización que expide el organismo. “Estamos haciendo controles fijos y móviles con 10 grupos de trabajo en rutas nacionales y provinciales, controlamos lo que hace al mecanismo de los camiones y a la documentación. En Argentina, por día mueren 20 personas en accidentes de tránsito”, subrayó Nieva. En ese sentido, remarcó: “estamos trabajando día a día en las rutas para reducir la siniestralidad vial”, señaló el funcionario.

La realidad muestra desde hace años que el control es insuficiente, porque alguien los incumple y ello se refleja en los accidentes y en las víctimas. Tal vez sea necesario rever la legislación y modificar el horario de circulación de los vehículos cañeros porque la mayoría de las colisiones se producen durante la madrugada. Si estos transitaran las rutas bajo la luz natural, aunque el tránsito se volviera más lento, los riesgos de accidentes disminuirían o, en el mejor de los casos, desaparecerían. Por otro lado, ya que el Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol implementará mecanismos de vigilancia de la zafra, tanto del ingreso de caña de azúcar y la molienda, como la salida del producto elaborado, podría ocuparse también de verificar si los vehículos zafreros cumplen con todas reglas, así como constatar que no se ingrese caña quemada a las fábricas.

Tal vez así, se erradicarían dos problemas crónicos: los accidentes viales por las rastras y la contaminación atmosférica, como consecuencia de la quema de cañaverales y pastizales. Si lo lográramos podríamos hacer realidad el verso de la zamba: “canta con la zafra todo Tucumán”.